24 de julio

Cuando me levanté fui a tomar un café y a comprar el pan, ya que la tostada a 2,25€ me pareció un atraco. Vi a unos ciclistas en otro bar y les pregunté cómo salir para la carretera que iba a Monfragüe ("¡buitres negros! En Monfragüe, ¡buitres negros!"). Me dijeron que iban también en esa dirección, que me llevarían hasta la salida. Finalmente congeniamos, así que fuimos juntos hasta el centro de interpretación de Villareal de San Carlos.




Desde allí pasé por el "Salto del gitano", donde unos "pajareros" estaban apostados con sus prismáticos y su telescopio.




Estaban observando cigüeñas negras, me señalaron también su nido y me dijeron que habían visto ya una culebrera, un alimoche y una garza real.
De allí subí (con verdadero dolor) al castillo de Monfragüe, donde pude ver al famoso alimoche y unas excelentes vistas.







Después había que subir un buen rato hasta llegar a Trujillo. El calor quemaba, como decía aquel viejete de Ciudad Rodrigo. En la plaza creía que me quedaba allí, del calor que hacía.


Un helado, mucha conversación (telefónica), una siesta en el parque y unos revitalizantes zumos hicieron que me animara a pedalear a partir de las siete hacia Cáceres. Bueno, también influyó que el precio del Albergue en Cáceres fuera irrisorio y el de una cama en Trujillo varias veces más caro. Fueron 45 km (después de los 80 que ya llevaba entre pecho y lomo). Si podía con ellos, genial; si no, echaba la tienda y me cenaba el pavo que llevaba. De algún lado debió salir el gen de machote (es decir, debió expresarse la proteína del gen de machote) y llegué a la hora prevista al albergue. Por allí vi a varios cicloturistas más porque está en la ruta del camino de la plata.
A pesar de que estaba muerto, salí en busca de un kebab. Quería cenar kebab a toda costa y, afortunadamente, en la misma plaza Mayor de Cáceres se encontraba "La Pasión Turca". Pedí el picante y quedaron sorprendidos (lo que me sorprendió a mí al mismo tiempo) y disfrute de la cena. Luego di un paseíco por el centro, por los palacios, murallas e iglesias. Así concluí que Cáceres es francamente bonita y parece una ciudad con unas terracitas increíbles. Una ciudad muy "francamente".
Llegué a medianoche al albergue creyendo que descansaría al día siguiente y me puse a ver "Abierto hasta el amanecer" en versión original. Como cuando la vi, uno de los momentos que más disfrute fue la escena en la que Seth (Clooney) sale de "La Teta Enroscada" (The Twitty Twister) y le pregunta al mexicano mafioso por qué tuvieron que quedar en dicho lugar, a lo que este le responde algo así como "¿Cuál es el problema? No te pongas así, gringo".
Por la noche me levanté porque algo (posiblemente una pulga) me estaba poniendo fino, así que me levanté e hice inspección (a las seis de la mañana) de mi ropa y sábanas. No encontré nada pero envasé al vacío un sospechoso calzoncillo (que además ya llevaba usando algunos días de más (tengamos en cuenta que pedaleo "de comandos", sin calzoncillos).



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