26 de julio

Día de descanso del guerrero. Por si acaso me fui al embalse de Proserpina, que yo entendí que debía ser como la Grajera a Logroño. Efectivamente lo era, pero no estaba a 4 km sino a 15, así que también tuve pedaleo ese día.


Después fui a que me engrasaran la cadena y los pedales, que chirriaban, y a comprar un tronchacadenas, que todo el mundo dice que "no se puede salir sin uno", pero yo siempre he omitido ese detalle y nunca me ha pasado nada, la verdad. El encargado para bicicletas Basilio fue muy amable y "pofesional" y me dejó todo listo en un periquete.
A la vuelta, en el camping, tuve que hablar con la encargada porque una empleada se obcecó en que pagara otro día por abandonar el camping a las 14.30 en lugar de a las 12.00. Tras la breve negociación (beneficiosa, por cierto), fui a encontrarme con Cristina, de Couchsurfing y el plan fue ducha-comida-siestón-asomarse a la terraza hasta que se pudo salir (véase las 20.30)-cervezónhelado-poincho-cerveza-mimir-café-despedida. Lo dejo muy resumido y omito los detalles, pero he de decir que Cristina y su hermana son unas personas muy majas y además me llevaron a un bar donde el "pinchadiscos" ponía música muy buena y conocimos a Kiko Veneno.

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